Las dos caras del goleador colombiano.
El fenómeno Teo, algo que le puede gustar o no
a determinadas personas por su forma de ser fuera del campo de juego, pero lo
cierto es que el colombiano desde que llegó no pasó desapercibido.
En el caso de quien escribe, tengo una gran
debilidad por su forma de juego desde su debut frente a Boca (segunda fecha del
Clausura 2011), que lo observé jugar alrededor de treinta minutos tuve la
intuición de que estaba frente a un gran delantero.
Sus goles fueron tapas de los distintos
diarios, y su figura empezó a crecer cada vez más. Aunque lo cierto es que
Racing durante ese torneo terminó 15° y como consecuencia Russo tuvo que
irse. Desde la partida ¨del mejor técnico que tuvo¨ según Teo en declaraciones a Fox Sports Del Plata,
el nivel del ¨9¨ bajó en gran consideración (5 goles y 2 expulsiones en 15
fechas).
Y no sólo su nivel bajó sino que cada vez empezó
a ser más chicanero, como cuando declaró antes del clásico frente a
Independiente ¨El domingo a la tarde me veo contando el dinero que le ganaré a
Gio¨ en referencia a la apuesta hecha con su compatriota, quien le pagaría por
cada gol. A partir de ese día parece haberse mordido el veneno que largó y
nunca más se lo vio en el nivel que había mostrado. Lleva siete fechas sin
convertir (desde el partido vs. Newell´s en la 8va), y sólo es noticia por lo
que hace fuera de la cancha.
Por ejemplo ante San Martín de San Juan se negó
a jugar, aludiendo problemas de salud luego del choque de Colombia en La
Paz. Otro caso fue lo sucedido esta última
semana, llegó el viernes por la noche cuando Racing se jugaba su última chance
ante Boca el domingo (teniendo la posibilidad de quedar a cinco puntos si
ganaba).
Encima la frutilla del postre la puso
justamente ante el ¨xeneize¨ cuando en un roce con Roncaglia que no se alcanzó
a ver si fue o no penal, el colombiano ante la no sanción se levantó y pecheó a
Pitana, que le sacó doble amarilla, dejando a su equipo con 9. Para restar más
puntos se fue haciendo gesto de cagones a los hinchas locales.
Lo cierto es que el hincha de Racing lo banca
no sé si será por sus 16 goles en 29 partidos, por la forma de ser o la misma
necesidad de los ¨académicos¨ de volver a tener un ídolo y referente con su
camiseta. Lo que no se dan cuenta es que con ese amor incondicional, sin
importar lo que haga termina perjudicando a una persona que parece no tener
claro donde está.
Lamentablemente este gran delantero se empezó a
dedicar a jugar con las cámaras y micrófonos cuando sus condiciones técnicas
son muy buenas. Pero su forma de pensar y actuar (hasta dentro de la cancha con
colegas) está dejando mucho que desear, trayéndole más consecuencias negativas
que positivas, algo que sin dudas es perjudicial para él y su carrera.