Que duro son los fines de semana sin actividad
deportiva de nuestro país. Lógicamente uno celebra que el motivo sean las
elecciones y la vida democrática. Sin embargo, estos sábados y domingos atípicos
se hacen pesados.
Lo positivo es que algunos viajan para votar y
en sus ciudades se reencuentra con esos amigos que pueden ver una vez cada
tanto o sus familiares que quedaron en el pueblo cuando uno decidió partir para
la gran ciudad.
Otros le dan más tiempo a sus hijos, esposas,
nietos o sobrinos, hasta algún alocado y arriesgado saldrá a correr o caminar,
en vez de estar en ese hermoso sillón con el fútbol en la TV acompañado o sólo con ese
mate y las facturas del domingo por la tarde.
También están los adictos que no pueden pasar
el fin de semana sin ver deporte, ellos tendrán el fútbol europeo con sus estrellas y glamour
que el nuestro no tiene, los Panamericanos acompañados de Beach Voley, Ping
Pong, Hockey, Básquet, y hasta Argentina vs. Cuba (al fútbol) el domingo. Por último
para los más osados el domingo a la madrugada (4.30 hs) los espera con el duelo
All Blacks-Francia en la final de la
Copa del Mundo de rugby. La verdad que aquellos que la miren
merecen mis aplausos y felicitaciones.
Esto hace llegar a una conclusión muy obvia por
cierto. Que a pesar del pésimo juego que se ve, de los campos en mal estado,
los negociados turbios de algunos dirigentes, y todo lo malo que hay nuestro
fútbol de cada día su belleza es única, como aquél primer amor que uno nunca
olvida.
Pero bueno así es la vida y hay que asimilar
que de vez en cuando, nuestras figuras descansan para ser cambiadas por políticos
que desfilan desde sus búnkers anunciando sus triunfos o sus derrotas que al
fin y al cabo son el mejor triunfo que todo argentino puede pretender, el de LA VIDA EN DEMOCRACIA.