miércoles, 30 de mayo de 2012

Gracias por todo, campeón


Javier Ceci cortando la red en Oberá.

Javier Ceci se retiró del básquet profesional, su nuevo destino será la Liga Cañadense. Cerca de su familia y amigos. Algo que sin dudas para Javi, será mejor que jugar una liga profesional.

Con él no sólo dejó de jugar un gran ayuda-base, sino también lo hizo una tremenda persona. Un campeón. Porque uno puede ganar o no torneos pero eso apenas lo transforma en ganador. Campeones son pocos, es para elegidos. Sus mejores trofeos y vueltas olímpicas serán todos los amigos que logró cosechar a lo largo de tantos años de carrera. Fiel a su estilo, el galvense, nunca dejó de ser transparente, educado y siempre bien predispuesto.

La trayectoria se cerró como debía serlo, con el equipo que él integró, peleando siempre arriba y terminando con un nuevo ascenso a la LNB.  Lamentablemente, en este último año, las lesiones lo aquejaron demasiado. De hecho en parte del TNA-1 estuvo afuera por esa maldita rodilla derecha.

Sin embargo, sus veintiocho años de carrera estuvieron marcados por grandes logros. El arranque fue en el Ceci Club cuando apenas tenía 4 años de edad. La institución que lleva su apellido fue fundada por su abuelo. Ahí jugó hasta los 16, cuando dio el salto al profesionalismo. En ese momento siguió en su ciudad. Lugar que el mismo definió como “su lugar en el mundo”. Santa Paula fue el destino. La temporada 96-97 lo tuvo jugando Torneo Nacional de Ascenso; pero ese año no quedará en el recuerdo. El conjunto galvenze bajó a la Liga B. Allí se quedó por otros doce meses.

Ya en la 98-99, Sunchales fue su nuevo hogar, ¿el club? Unión. Los “Bichos Verdes” lo adoptaron esta vez. Tres años estuvo en la ciudad santafesina. Luego se trasladó a un par de kilómetros. Siguió en la misma categoría pero ahora en Atlético Rafaela. Tanto en la 99-00 y 00-01 fue el goleador de la categoría.

Después de ese período partió a Paraná. Más precisamente a Sionista, para jugar en una institución que de a poco presentaba lo que hoy es, un proyecto serio que lo tiene hace largo rato en la LNB. Fue ahí donde el “Yey Yey” logró su primer título a nivel nacional con un club. El camino al ascenso fue largo: primero eliminaron a Asociación Española (2-0), segundo a Alianza Mitre (2-1), y se consagró campeón del norte luego del 3 a 1 vs. Unión de Sunchales. El último juego fue por 80 a 74. Su mejor juego fue en el tercer punto. Esa noche anotó 25 puntos.

De esta forma dio un salto de calidad y volvió al TNA pero con mayor experiencia. El objetivo fue claro, mantener la categoría, algo que se consiguió. Como frutilla del postre, se quedaron con el primer clásico frente a Echagüe por 76-74.

Por quinta vez cambió de lugar, el club que lo alojó fue Alma Juniors de Esperanza. Para llegar al TNA, los santafesinos, compraron la plaza. Cottonaro fue su DT, y él la principal figura en un plantel con muchos jóvenes. La meta se volvió a cumplir. El equipo se quedó en la segunda categoría, luego de luchar el descenso contra Hindú Club y Echagüe Saladillo.

Un grande del básquet nacional posó sus ojos sobre él. Olimpia de Venado Tuerto. Allí estuvo dos torneos. En la 2006-07 llegó a la semifinal por el ascenso. A pesar de una dolencia en el aductor pudo jugar los partidos correspondientes. El ascenso se le negó ante otro gran equipo. Para aplaudir fue lo de ese plantel venadense, que en medio de problemas económicos casi dio el golpe para devolverlo a la Liga Nacional. Como logro personal pudo ocupar en este transcurso de tiempo un lugar en el juego de las estrellas del TNA.

Culminó estos enormes doce meses con el campeonato argentino siendo parte de la selección de Santa Fe.

Luego de esta derrota se decidió por ir a La Unión de Formosa. Y ahí comenzaron las lesiones. La rotura del tendón de Aquiles en su estadía formoseña fue un golpe duro. Para el otro año siguió viaje a Oberá Tenis Club, el equipo misionero recién había ascendido y decidió armarse bien. Tan sólo hasta el 2009 estuvo allí.

En la 2009-2010 llegó a Argentino de Junín. Quizás su segundo hogar, en ese club obtuvo el campeonato del TNA, no solamente esto sino que también fue campeón e invicto de local. Por suerte después de un par de temporadas complicadas desde lo físico pudo mejorarse para hacer un gran papel en el “Turco”.

Después de un par de coqueteos con él, Argentino decidió a último momento no contar con sus servicios para la LNB, ese fue otro duro golpe. Entre las ofertas cercas de Gálvez estuvo Ciclista Juninense. Por esto y el proyecto del “Verdirrojo” pasó a vestir su camiseta. Las semifinales fueron el techo en aquella temporada. Aunque no pudo culminar debido a otra lesión.

Finalmente, volvió al conjunto de Las Morochas, volvió a consagrarse. Luchó y dio todo a pesar de su rodilla maltrecha. Líder altamente positivo para el grupo. Querido por todos. Logró lo que muy pocos pudieron, pasar por ambas instituciones juninenses y ser respetado por las hinchadas.

Se fue un gran tipo. Alguien que jamás dejó de pensar en su familia. Siempre tuvo claro qué quería y por qué. Esto hace que Javier Ceci se vaya como lo que es, un campeón, no sólo del básquet sino de la vida.

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